vas viendo la aguja del depósito
baja, se acerca al rojo
hace ya muchos kilómetros
que vas con la luz
encendida.
Y no hay ninguna
gasolinera
así que es cuestión de tiempo
lo sabes, todo acabará
en un lugar que no conoces
un lugar indiferente.
ahora lo piensas
y lo encuentras lógico
evidente, de lo más previsible.
esto de vivir sin repostar
sin rumbo
absorbido por el paisaje
y el movimiento
es poco menos que un suicidio.
quizás debía haber empezado
a fumar hace años.
bueno, ahora ya importa
poco. se para el coche
y solo se trata de
esperar.
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